El jueves 20 de octubre, la Consellería de Universidades ha informado a los sindicatos más representativos de las Universidades Públicas Valencianas sobre su plan para desbloquear el Convenio Colectivo.

Al fin dice haber encontrado la forma de aplicar la fórmula que STEPV ya le propuso tres años y medio atrás, cuando, después de la firma del preacuerdo y la reedición del Botànic, el Consejo reculó y anunció que no firmaría el convenio.

Esta fórmula consiste al incluir las mejoras retributivas del convenio en el Decreto 174/2002 de retribuciones, y así permitir que las Universidades firmen el convenio sin vulnerar la limitación de la masa salarial.

Para llevar adelante esta reforma se requerirá todavía de unos meses de tramitación, por lo que STEPV prevé que la hipotética firma del Convenio se produciría 4 años después de la del preacuerdo y en plena campaña electoral a las Cortes Valencianas.

STEPV recibe la noticia con cautela, porque la Consellería ha convertido la firma del convenio en un deshojar la margarita.

¿Y los cuatro años perdidos?

STEPV ha pedido que el dinero, teóricamente reservados, que se ha ahorrado la Consellería al no aplicar las mejoras salariales estos últimos cuatro años sean incorporados ahora, porque pertenecen al personal laboral de las Universidades que no los ha cobrado, pero la Consellería no ve viable esta incorporación.

STEPV también ha recordado que, inicialmente, se preveía la revisión del convenio en 2023, por lo cual exigimos la revisión del convenio a continuación de la firma. El convenio ha envejecido antes de entrar en vigor.

Conclusiones

STEPV solo considerará el Convenio desbloqueado cuando se produzcan hechos. De palabras bienintencionadas ya hemos escuchado bastante en los últimos 6 años.

El gobierno del Botànic ha demostrado más habilidad en poder utilizar una única mejora en dos campañas electorales que en encontrar soluciones a los problemas que él mismo ha generado.

Ni el replicante de Blade Runner, aquel que había visto cosas increíbles y que tú nunca creerías, ha visto una historia tan rocambolesca como la del III convenio colectivo del personal laboral de las universidades públicas valencianas, el primer convenio que tiene que incluir al profesorado laboral.