Más allá de cuál era la intención del legislador al crear la figura del profesorado asociado, un profesional de reconocida competencia que aporta la visión real del mi laboral a una asignatura o materia, desde hace mucho de tiempo las universidades utilizan esta figura como mano de obra barata para cuadrar sus presupuestos.

Y es que el salario del profesorado asociado es precario. Y, además, únicamente se le paga por las clases “de pizarra” y las tutorías, y esta es una de sus reivindicaciones, la necesidad de que las horas de preparación, corrección, coordinación, entre otros trabajos, no las tengan que regalar.

Además, al profesorado asociado no le pagan los complementos de antigüedad (trienios), ni el complemento específico, ni de dedicación docente (quinquenios) ni de productividad investigadora (sexenios), ni retribuciones adicionales, al menos en la mayoría de universidades públicas del estado. Esta es una de sus reivindicaciones: A igual trabajo, igual salario.

Otra reivindicación es la estabilización, y las soluciones que da la nueva LOSU los parecen insuficientes, dejando en la discrecionalidad de las universidades, su aplicación.

Por un lado, el profesorado asociado pasará a ser un falso indefinido, porque a pesar de que los contratos serán indefinidos las condiciones para rescindir estos contratos no varían de las necesarias ahora para no renovarlos. Y por si fuera poco, tendrán que volver a competir para mantener un trabajo que, en la mayoría de los casos, llevan más de una década ejerciendo.

Si bien es cierto que la LOSU prevé algunas vías de estabilización hacia otras figuras de profesorado universitario, no se concreten porcentajesdeja la implementación de estas vías a elementos ajenos al profesorado asociado y alas universidades. Pocas garantías para un colectivo que está harto de sustentar la docencia de la universidad en sus hombros.

Por estos motivos el profesorado asociado está en huelga indefinida.

Por estos motivos STEPV da total apoyo a la huelga, y convoca una concentración, viernes 10 de febrero a las 13:00 en la Plaza de Manises de València, frente al palacio de la Generalitat.