La administración del rector Capilla se caracteriza por una política de hechos consumados. Así, después de todo un año creando, amortizando y modificando puestos de trabajo sin informar a nadie, convoca la Mesa de Negociación para que los sindicatos le aprobamos toda la RPT y con el conocimiento de que los cambios realizados ya son definitivos.

El resultado fue el previsible: el rechazo unánime de todas las organizaciones sindicales.

La información llega mal y tarde, y no solo a las secciones sindicales, ya que en muchos CDIS se han enterado, por una llamada de teléfono nuestra o por pura casualidad, de que les habían amortizado plazas hace meses.

La administración excusa las amortizaciones basándose en que hace mucho tiempo que no han sido cubiertas, pero omite que en muchas de ellas se ha reclamado su cobertura en múltiples ocasiones, como por ejemplo: un auxiliar de servicios en la Escuela de Geodesia, un especialista técnico en el COMAV, otro especialista técnico en Publicaciones e incluso una plaza de letrado con asistencia a juicio, que parece que la universidad va sobrada en este tema.

¿Y qué se hace con el dinero ahorrado?, pues continuar con la política de “más jefaturas” dotando de un tercer puesto de jefe de sección en el Área de Comunicación.

El gerente, como máximo responsable de la administración, parece que tiene una visión tan clara de aquello que hace falta en la universidad que ya no necesita dialogar con los sindicatosni con los responsables de los CDIS, ni tan siquiera con los miembros del equipo rectoral que, por cierto, algunos de ellos también ven como hacen caso omiso a las necesidades de sus servicios y unidades.

De nuevo nos han dado “lentejas, si quieres las comes y si no, las dejas”