Para STEPV, limitar la comunicación sindical es un ataque frontal a los derechos del personal. Recordamos que hay derechos fundamentales, como la libertad sindical y el derecho a la información, que no son negociables y que marcan nuestras líneas rojas.

Con buena voluntad, CCOO y UGT presentaron al rector un borrador para regular el uso sindical del correo electrónico y entendieron que la implantación del protocolo quedaba paralizada hasta que se produjera el debate. Sin embargo, el 28 de julio, con “veraniego sigilo y alevosía”, el rectorado anunció que entraría en vigor a partir del 15 de septiembre, ignorando la propuesta de negociación.

STEPV lo tiene claro: hay derechos que no se pueden regatear ni negociar a la baja. Con la imposición del protocolo de la vergüenza, el rectorado se retrata como una institución autoritaria, alejada del diálogo y del respeto a los derechos fundamentales del personal de la UPV.